Pórtense bien, que el Santa de
los adultos se llama Karma,
y ese nunca olvida los regalos.
Recuerden que el Karma nunca jamás se olvida de nada
y según das, recibes. Así que dejen de andar joiendo
la existencia de nadie y hagan con su vida, lo que
les de la gana pero sin fastidiar al prójimo.
El Karma todo lo cobra y nada deja atrás,
tiene muy buena memoria.
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