-¿Qué prefieres la siesta o yo?
-Cuando te vayas, apaga la luz.
-Cuando era pequeño me obligaban a dormir la siesta y lo odiaba, ahora que soy mayor, te pido perdón, siesta, te quiero con el alma.
-Todo en exceso es malo, menos la siesta, eso es la octava maravilla del mundo.
-De la siesta perfecta no se despierta, se resucita.
-Si después de despertar, recuerdas donde estás, no es siesta ni es ná.