No creas que me rompes el corazón
porque, ni tengo.
Lo congelé, en defensa propia.
Te vuelves frío por tantas decepciones,
los palos que te da la gente
y llega el momento en que te
pones una coraza para no sufrir más.
No vale a pena estar demostrando,
dando lo que tienes,
ser buena gente porque terminas
pisoteado, machacado y echo un guiñapo.
Así que en corazón cerrado no
hay cabida para sentimentalismos
baratos que no te llevan a ninguna
parte.
poniendo límites al asunto. 😉